viernes, 15 de noviembre de 2013

Tony DeFrancesco ¿Sabermétrico?

El anuncio de Tony DeFrancesco por los Tiburones de La Guaira trajo consigo un montón de comentarios en cuanto al estilo que podía aplicar en la pelota venezolana debido a la "etiqueta" de manager sabermétrico.

El uso del toque de bola es cuestionado por los analistas sabermetricos, que valoran negativamente el uso de esta estrategia para conseguir carreras que permitan victorias. Via twitter @mtortolero me comentaba que desde que DeFrancesco salió de Oakland la cantidad de sacrificios ordenados por el manager ha ido en aumento, y según valora @mtortolero eso va en contra de la nueva filosofía de los Astros mas apegada a la Sabermetría.


La insistencia en el toque por parte del manager debutante ha generado múltiples comentarios, dada la poca efectividad de los mismos. A continuación los datos:


Hasta el 14 de noviembre (incluido el juego vs. Magallanes).

Tiburones es segundo en la liga despues de las Aguilas con 18 toques de sacrificio (incluido 1 squeeze play).

De esos 17 toques de sacrificio, 5 han sido efectivos para un 29%! Tomando el criterio de Héctor Cordido, quien comentó en el circuito radial que si el toque es con hombre en 1a. y 2a. el objetivo del sacrificio es que anoten ambas, de no hacerlo no cumplió su objetivo el toque.

Además se han ejecutado 6 toques (Cafe 3, Wilkins, Javi, Sardiñas)  que han terminado en force out o en doble outs.

Tomando en cuenta esos toques fallidos. Sólo 5 de los 23 intentos de sacrificio han sido exitosos lo que representa un pobre 22%.

Hay que añadir que se han intentado 3 squeezes y sólo en uno se consiguó anotar. Además de algunas jugadas de toque no ejecutadas.

Es por todo esto que le pedí a Francisco Merejo @fcomerejo compartir a través de mi blog su artículo llamado "Tocar o No Tocar" y que cada quien desde su óptica saque sus conclusiones.

www.sabermetrico.com

TOCAR O NO TOCAR
Francisco Merejo es co-fundador de sabermetrico.com. Puedes seguirlo en twitter en @fcomerejo o en @sabermetrico.




Tocar o no tocar amigos fanáticos, ese es el dilema. El toque de pelota debe ser la decisión más polémica a la que se expone un dirigente en un juego de béisbol conjuntamente con la base por bola intencional. Esta decisión es una de las pocas en donde el peso de su resultado recae casi en un cien por ciento en las espaldas del dirigente. Y digo esto porque las demás decisiones que quedan en manos de un manager no son tan discutidas por el espectador como lo es el toque de bola. Si traes a un zurdo para enfrentar un zurdo, o si dejas al derecho enfrentar al zurdo, aunque el fanático pueda reprocharte la decisión, al final del día, quien permitió el palo fue el lanzador y no fue el manager.

Pero en el caso del toque, este casi siempre proviene de la banca y si por cosa de la vida el toque sale mal, o simplemente no sale, el dirigente debe aguantar la “salsa” de todo aquel que se cree entendido del béisbol. Pero aquí viene la pregunta del millón dólares: ¿cuándo se debe tocar? Lo interesante de esta pregunta, es que la misma se divide como en 10 preguntas de 100 mil dólares cada una, como por ejemplo, ¿si sacrificarse aumenta las posibilidades de ganar de un equipo?, o ¿cuál jugador en el “line-up” es el más propicio para tocar?, o ¿en qué inning hacerlo?, o ¿en qué situación del juego, o contra cuál pitcher? Según nos cuenta Tom Tango, en su libro The Book: Playing the Percentages in Baseball, estas preguntas no tienen respuestas cien por ciento ciertas en base a simple argumentos, si no, que habría que acudir a las estadísticas para poder responderlas.
Lo primero, es que en lo adelante del presente artículo, cuando hagamos referencia a un toque de sacrificio, deberá quedar entendido de que el toque es realizado por un jugador de posición, no un lanzador, ya que todos sabemos que para muchos lanzadores, tocar la bola no es una opción, sino una obligación. Igualmente, los números que serán presentados, son tomados en base a partidos de Grandes Ligas, y no en base al béisbol de invierno, donde como ustedes saben, recolectar estadísticas es más difícil que recolectar políticos serios.
Antes de comenzar a analizar las situaciones en las que es beneficioso o no un toque de bola, debemos primero conocer cuáles son las posibilidades de que una carrera anote en cada una de las situaciones del juego (las situaciones de juego en total son 24, y las mismas describen si hay o no hay jugadores en base, cuántos, y la cantidad de outs en la entrada). Para esto, acudiremos a la tabla creada por Pete Palmer and John Thorn en 1984, la cual fue tomada de estadísticas recolectadas desde 1961 hasta 1977:
Expectativas de Carreras según datos recolectados de 1961-1977. Palmer y Thorn.


Cantidad de Outs

0

1

2

Corredores en base

Xxx

.454

.249

.095

1xx

.783

.478

.209

x2x

1.068

.699

.348

xx3

1.277

.897

.382

12x

1.380

.888

.457

1×3

1.639

1.088

.494

x23

1.946

1.371

.661

123

2.254

1.546

.798
Para entender este cuadro, utilicemos una situación al azar. Imaginemos que usted tiene corredor en primera y segunda sin outs en la entrada. Si observamos el cuadro, esta situación produce una expectativa de 1.380 carreras. Esto quiere decir, que de la data recolectada, un equipo promedio, en un parque promedio, contra un equipo y lanzador promedio, anoto 1.38 carreras. Esto no quiere decir que esta estadística es exacta, ya que muchas veces un equipo en esa situación anotó carreras, y otras veces no lo hizo. Ahora, continuando con nuestra situación ficticia, imaginemos que el jugador toca la bola, resultando en un sacrificio, y avanzando los corredores a segunda y a tercera. El resultado sería que la expectativa de carreras bajaría a 1.371, o para aquellos genios matemáticos, un descenso de 0.09. Usted podrá decir que a la larga 0.09 carreras no representa nada, y que el toque sigue siendo productivo, pero recordemos, que en esta situación imaginaria, el manager, a quien le pagan un dineral por su supuesta sapiencia y experiencia, acaba de quitarle un bate a un jugador (recuerde no lanzador), para mantener la misma expectativa de carrera. Es como quitarle a un conserje una escoba de las viejas y cambiársela por una escobilla; el conserje se sentirá mejor, pero al final seguirá barriendo lo mismo.
Antes de proseguir, debo felicitar a aquellos entendidos del béisbol que se dieron cuenta de que el cuadro de Palmer y Thorn tiene un pequeño problema. Si se fijan en la época en la que las estadísticas fueron recolectadas, observaran que era en una época de pocas carreras y de dominio de los lanzadores. ¿Se acuerdan de Bob Gibson? Este señor tiene el record de efectividad gracias a una lomita más alta y a una zona de strike más amplia y a una bola menos viva a la que tenemos en el béisbol de hoy en día. Por lo tanto, utilizaremos el cuadro de Tom Tango con data recolectada desde el 2000 hasta el 2004 en la liga Nacional.
Expectativa de Carreras. Liga Nacional 2000-2004


Cantidad de Outs

0

1

2

Corredores en base

Xxx

.525

.281

.110

1xx

.906

.541

.238

x2x

1.148

.700

.327

xx3

1.448

.982

.382

12x

1.500

.921

.433

1×3

1.840

1.190

.508

x23

2.073

1.401

.567

123

2.263

1.531

.772
Si se fijan en ambos cuadros, la diferencia se acentúa en aquellas situaciones de 0 y 1 out. En aquellos casos donde hay 2 outs, la situación permanece casi idéntica. Según nos cuenta Tango, esto nos quiere decir que mientras más alta sea el ambiente de carreraje, más costoso será un out. De esto podemos inferir que en un parque de mucha anotación como el de los Rockies de Colorado, los jugadores con altos promedios de embasarse (obp), son más productivos que los de poder, pero ya este análisis queda para otro artículo.
Volviendo a nuestra situación ficticia de jugadores en primera y segunda y sin outs, verán que ahora los números se distancian un poco más. Tomando la liga Nacional del 2000 al 2004 vemos que si el jugador se sacrificaba con hombres en primera y segunda sin outs, la expectativa de carreras bajaba de 1.500 a 1.401, o para los Einsteins, – 0.91. Si me preguntan a mí, es hora de conseguirles unas escobillas a unos cuantos managers.
Ahora que hemos analizado la expectativa de carreras, algunos estarán gritándole a la pantalla de su computador por algo que hemos obviado hasta ahora. La expectativa de carreras, no es lo mismo que la expectativa de ganar un juego. Me explico, no es lo mismo anotar una carrera en la segunda entrada, cuando al contrario le quedan 7 entradas para empatar el juego, que hacer una carrera en la 8va entrada para irse arriba por 1 carrera quedando sólo 3 outs para terminarse el juego. Es por esto que en el próximo cuadro analizamos cuales son las expectativas de victoria de un equipo que está abajo por sólo una carrera en la parte de abajo del 7mo inning.
Expectativa de victoria según estados de bases/outs en la parte baja del 7mo inning.


Cantidad de Outs

0

1

2

Corredores en base

Xxx

.353

.305

.268

1xx

.431

.360

.296

x2x

.487

.399

.322

xx3

.545

.465

.336

12x

.545

.438

.341

1×3

.612

.504

.359

x23

.656

.546

.382

123

.687

.561

.406
Para entender este cuadro, volvemos a nuestra situación ficticia de jugador en primera y segunda sin outs: [Narrador: Se prepara el pitcher, viene el lanzamiento, toqueeeeeee por tercera, se adelante el antesalista, recoge a mano pelada, y saca out en primera en jugada cerrada, avanzan los corredores.] Si se fijan, la expectativa de ganar antes del sacrificio era de .545, es decir, de cada 100 juegos, su equipo ganaría entre 54 y 55 juegos. Ahora pues, después de que el manager de su equipo se desbarató la cabeza pensando y utilizando su vasta experiencia del juego, y decidió tocar al jugador, las expectativas de que su equipo gane es de (redobles de tambores por favor) ¡¡¡¡54 o 55 juegos!!!!!!
(En la sala de prensa después del juego—Periodista: “Manager Lanzueta, ¿por qué decidió tocar en esa situación?” Manager Lanzueta: “El béisbol es un juego donde se gana y se pierde porque la pelota es redonda y viene en caja cuadrada, esta vez perdimos porque no encontramos la caja”) Hrmm, estoy pensando seriamente en reemplazar ahora al manager con una escobilla.
Ya que hemos visto que un equipo no se beneficia en nada tocando un jugador con hombre en primera y segunda sin outs, ahora veamos qué pasaría en una situación también mega ficticia donde haya jugador en primera sin outs, y tomando en cuenta si el jugador es de alto o bajo promedio de WOBA en un juego después del 7mo inning.
Expectativa de Carreras después del 7mo inning. Tocar vs no Tocar dependiendo del jugador.


Todos los Bateadores

Bateadores débiles< .310 woba

Bateadores fuertes>.350 woba

Toque con menos 2 strikes

.766

.774

.782

Toque incluyendo menos 2 strikes y 2 strikes

.783

.775

.838

No intención de Tocar durante el turno

.913

.851

.944
Lo primero que usted debe recordar es que este cuadro indica las expectativas de carreras y no la expectativa de victoria. Lo primero que resalta de este cuadro es que en todas las situaciones, sin distinguir entre bateadores, No Tocar es más productivo que Tocar. Esto nos lo muestra la primera columna, donde la expectativa de carreras cuando no se toca es de .913 en comparación con un raquítico .783. Ahora bien, si usted señor manager decide tocar tarde en el juego NUNCA, PERO NUNCA lo haga con un jugador bueno al bate, ya que aquí la cosa se agrava, ya que la expectativa de carrera desciende (lea bien amigo, desciende) de .944 a .782.
En este sentido y para concluir, podemos resumir nuestras recomendaciones (en verdad las de Tom Tango) de la manera siguiente:
1.    El toque no mejora considerablemente las expectativas de carrera de un equipo, y en mucho de los casos las reduce;
2.    Mientras mayor es el ambiente de carreraje, más valioso son los outs, y por lo tanto más las razones para NO tocar;
3.    Las expectativas de victoria tampoco mejoran cuando se decide tocar;
4.    Siéntase libre de cambiar un manager por una escobilla cuando tenga dudas de este último.

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